jueves, 12 de diciembre de 2013

Práctica 7

La Huaca de Ica

Relato Navideño: Manuel Alejandro Pérez Lecaros.


Después de 25 años todo sigue igual nada ha cambiado las cicatrices que en la tierra se marcaron aún siguen ahí y al verlas las mías internas afloran, hoy 24 de diciembre de 1684 veo mis raíces. El lugar donde me forjé como persona, lugar donde me enamore por primera vez, donde aprendía a ser como soy. Aquí el tiempo se ha detenido nada ha cambiado, no lo entiendo es hora de hacer las cosas bien. Esterón después de 20 años y junto a su familia regreso al lugar en donde empezó todo y recordó aquellos momentos de su niñez. Las personas de la ciudad estaban tristes porque no habían podido sacar una buena cosecha de las viñas, les esperaban duros días a los habitantes de Ica. Esterón aún mantenía su casa intacta, la mando a construir el mismo, el mismo la diseño pero nunca habito en ella. Al día siguiente después de la cena de navidad in ningún motivo aparente las viñas estaban a rebosar , mágicamente todas las plantaciones estaban al máximo sopresa máxima para los habitantes que realizaron una fiesta en honor al Gran Esterón, atribuyendo  a su regreso este mágico y sorprendente resurgir de las viñas. Nunca mejor dicho prospero año nuevo les esperaba.
Eran las 04:00 de la madrugada de 1664, Rodrigo se disponía a apagar la luz, después de una dura jornada de trabajo cosechando uvas cuando una inusitada fuerza proveniente del interior de la tierra removió el mundo de Esterón y todo lo que yacía en él y con él. La duración de este casi habitual movimiento tectónico en las tierras de Ica al sur de Perú, se produjo por un choque  entre las placas de Nazca y la del Pacifico en subducción bajo esta, durando bastante más de lo  habitual. Oscuridad, gritos, silencio, gritos, sudor, corrientes de aire, adormecimiento, no, ya no estaba una pierna trepidada por una columna venida abajo, entre sus brazos su bebé Esterón llorando desconsoladamente, gracias a ello consiguió reponerse e intento ver más allá de lo que los escombros le permitían, fuera del casa su mujer Moraima cubierta en sangre gritaba su nombre.


Ya estamos juntos por fin mi amor, tu Alexandra estas bien, menos mal te quiero hija mía no te muevas de aquí debemos estar juntos. Por qué, por qué tanta desdicha, qué estamos pagando, que dios nos ampare bajo su brazo esta vez torcido, después de tanto trabajar esto es un circulo sin fin de sufrimiento, parece imposible salir de este agujero de miseria. En la mañana siguiente, cuando la luz lo permitió, después de una madrugada en vela y estremecidos por las constantes replicas pudieron ser capaces de visualizar toda la devastación, el mundo que los rodeaba ya no existía calles desaparecidas, catedrales venidas abajo, cadáveres, gente pidiendo auxilio, nubes de polvo, inundaciones. Las ayudas llegaron lentamente, se recogieron los cadáveres, agradeciéndose la eliminación del hedor de cuerpos inertes. Aun así la ayuda nunca serviría para restaurar todo a la normalidad y mucho menos a recomponer la gran riqueza de la zona en cuanto a grandes vinos y pisco se refiere, producto con denominación de origen y bebida característica del Perú.
Rodrigo vivió el resto de su vida amargado, reprochándole al mundo su infortunio, cuidando de sus hijos lo que pudo porque a la temprana edad de 36 años abandono a su familia tras sufrir un paro cardíaco.

 En el funeral Moraima consiguió mantener el tipo y recito estas palabras en honor a su recién fallecido marido, compañero, amigo:

Todo en mi vida eres tú

Después de tanto esperar por fin puedo ver que es lo que nos pasó a los dos, al mismo tiempo que designo la importancia del problema, porque si tú no estás conmigo ya nada tiene sentido todo lo que solíamos ser se desvanece desenfocando todo en mi vida, todo camino que puede conducirme hacia algún lugar desaparece directamente sin perder la razón pienso que algún día volveré a ver todo con una mayor claridad de la que en un principio pensé que tendría .Solo me queda esperar para poder gestionar mejor mi felicidad sabes todo lo que me importa en este mundo eres tú, tú la luz de mis días mi guía en las noches oscuras, cuando camino a ciegas confió en lo que viene porque estás tú cerca y sé que nada malo me pasara y aunque pase lo afrontaré optimista porque estás tú. Pero nada de esto es posible porque hoy no, los niños me preguntan por papá aún no son capaces de entender que te marchaste para no volver  y a veces ya no se ni que decirles, si el llamo esta bien o recibí su carta pero la extravié. Por favor contesta pronto, te necesitamos más que nunca, Te amamos, la familia Cognichapi siempre unida.
La madre de Alexandra trabajo muy duro en las viñas para sacarlos adelante pero pareció que esto no fue suficiente, un buen día llego un terrateniente y le dio a elegir entre su hija o su hijo y a cambio una fuerte cantidad de dinero. La madre se encontró en tal punto de desesperación al no poder darles una vida digna a sus hijos que se vio obligada a tomar una decisión. Eligió quedarse con su hija porque sabía que Esterón era un niño más fuerte y con grandes aptitudes.

El gran terrateniente prometió hacer de este niño un hombre de bien, llevándolo a las mejores escuelas del mundo. En sus viajes por innumerables sitios conoció a una misteriosa mujer que sin pedirle nada a cambio le cogió inesperadamente de la mano y le dijo tu retorno le dará alegría y bienestar y muchas personas, él nunca olvidaría aquellos ojos negros de mirada serena y aquella pial con tacto suave que por un instante le acaricio el alama. Finalmente decidió establecerse en Paris donde inicio sus estudios de arquitectura y diseño en la Universite de la Riversite, una de la mejores escuelas  Allí fue donde se enamoró y se casó con su mujer Pouline Toepfiere con la que tuvo dos hijas. Desde ahí encargo realizar un edificio en honor a su padre en su ciudad natal, en ella empleo todos sus conocimientos de vanguardia y gran parte de todo lo que había ahorrado.  

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